Ingrid Adema y el histórico tricampeonato nacional de Balonmano UC: “Fue una locura. Llegar a la final y ganar fue un logro”

La co-capitana de la selección, y estudiante de magíster en Ciencias en la Ingeniería UC, forma parte del equipo desde que entró a pregrado. En conversación con Vive la UC, narra las claves del éxito que llevó al team a hacerse nuevamente con la corona del Fenaude este 2022.
Por Ronit Yapur
 
El balón circula de mano en mano. Las camisetas blancas y azules, marcadas por la resina que se impregna al pequeño esférico para su agarre, se mueven frenéticamente en el gimnasio de Deportes UC. El sueño está por cumplirse. A cinco segundos del término del encuentro las jugadoras saben que consiguieron lo que por un momento parecía lejano: hacerse con el tricampeonato del Nacional Fenaude de Balonmano.
 
Entre el tumulto de jugadoras que saltan y se abrazan, destaca el semblante alegre de Ingrid Adema (25), egresada de Ingeniería Civil y estudiante de magíster de Ciencias en la Ingeniería UC, quien desde 2016 ha participado en estos campeonatos. Después de levantar por tres veces seguidas la copa nacional, con una interrupción de tres años entre la pandemia y el estallido social, la ingeniería se sabe más madura y tranquila. Ya con el paso del torneo y la emoción palpitante del momento, Adema analiza lo que fue el torneo y lo que ha sido su recorrido deportivo en la UC, en un equipo en el ha sido capitana, co-capitana y delegada.
 
¿De dónde nace su motivación la disciplina?
 
Soy de Punta Arenas y viví un par de años en Temuco. En un taller del colegio, después de clases comencé a jugar. Al principio era recreativo, pero cuando cumplí 13 años, y comenzaron las competencias escolares formales, me quedé para siempre en el handball. Cuando entré a la universidad inmediatamente comencé en la selección. Mi hermano ya estaba dentro y también jugaba handball. 
 
¿Cómo comenzó en la selección de Balonmano UC?
 
El año que entré. Éramos pocas jugadoras. Un equipo de handball para un campeonato generalmente tiene un equipo de 16 jugadores y nosotras éramos 16. Entonces, sí o sí iba a los partidos y todo. Pero no jugaba mucho, estaba recién entrando al equipo. Había hartas cosas que me costaban un montón, jugaba poquito. Las más grandes eran súper acogedoras e integradoras para hacer equipo. Entonces, me fui metiendo de a poquito a ese grupo.
 
¿Cómo ha gestionado su co-capitanía?
 
Desde el 2019 comencé a ser co-delegada y co-capitana junto a Valentina. Con ella somos además compañeras de carrera, por lo que compartimos los dos cargos. El delegado consiste en funciones mucho más administrativas. Estoy preocupada del equipo, de que las niñas justifiquen sus pruebas, contactarme con las unidades académicas. Estar hablando con Deportes UC cuando tenemos alguna dificultad.
 
¿Cómo se tomó el tricampeonato?
 
Fue una locura. Este año ya le habíamos ganado a la Andrés Bello pero no habíamos andado tan bien como equipo. Llegar a la final y ganar fue un logro. Ganamos 2018 y 2019. En 2020 y 2021 no hubo. Este año retomamos y ganamos. Como equipo, en general, nos juntamos y realizamos otros deportes. Entonces, nos juntamos a jugar tenis o a la pelota. Nos juntamos a hacer cosas más recreativas para hacer equipo.
 
A finales de 2020, nos pudimos juntar. En 2021, a principios de año, entrenamos presencialmente, luego volvimos nuevamente de forma remota. Retomamos entre agosto y septiembre y solo pudimos jugar un campeonato organizado por la Universidad de Chile, en el que no nos fue muy bien. No estábamos entrenando tanto y muchas de nuestras integrantes se habían unido al equipo durante la pandemia.
 
En su rol de co-capitana y co-delegada, ¿qué ha sido lo más desafiante?
 
En el rol que hemos tenido ha sido unir a jugadoras antiguas con las nuevas y ser capaces de generar un equipo y que no sea solo un grupo. Una empieza a conocer a cada integrante y vamos organizando almuerzos. Nos quedamos después de entrenar, carretear y cosas así para conocernos. Siempre nos ha gustado que sea un equipo de amigas. Ese ha sido el desafío en los últimos años.
 
Cuando empezó a formar parte del equipo, ¿cuáles fueron sus principales desafíos?
 
En el primer momento era ponerse al mismo nivel de las niñas que ya estaban en la selección, y en ese momento, era un equipo súper bueno. Era como crecer deportivamente, y ese paso del colegio a la universidad de dejar de ser tan niña. Ese paso fue difícil. Aparte, me vine de Punta Arenas para acá. Entonces, era vida de estudiante de región. Todo nuevo. Eso fue lo más difícil. Además, había otro entrenador y a mitad de año tuvimos el cambio al entrenador que hasta el día de hoy está con nosotras. Ese cambio fue difícil
 
¿En qué cambió el paso del entrenador antiguo al actual?
 
El otro entrenador realizaba muy buen entrenamiento, pero no exigía ni asistencia ni nada. En cambio, ahora, Rodrigo, siempre nos pide asistencia, que ir a hacer pesas. Está siempre pendiente del equipo. El cambio era tener mucha más responsabilidad de un momento a otro. Las mismas niñas que estaban antes, propusieron a Rodrigo. Lo conocían de antes. Y ahí tomó el equipo y se acopló super bien.
 
¿Cómo ha sido ser seleccionada y estudiante al mismo tiempo?
 
Es difícil, por los entrenamientos y esas cosas. Uno arma su horario, y los entrenamientos de la selección generalmente son en las tardes y noches. En nuestro caso, los sábados. Entonces, no cuesta tanto por horario. Pero, cuando tienes pruebas y es el partido, se pone más difícil
 
¿Cuál es su opinión respecto al apoyo de la UC?
 
Desde el 2016 hasta ahora yo siento que ha cambiado harto. Al principio dependía de cada profe, si es que te daba alguna solución o no. Ahora han hecho reglamentos y están haciendo acciones para facilitar la vida de los deportistas. En ese sentido, recuperar bien las evaluaciones y que no te perjudiquen que faltaste una clase. Ha ido cambiando eso de que uno no viene a la U solo a estudiar, sino que también jugamos por la UC y la representamos.
 
¿Cómo visualiza el rendimiento del equipo?
 
Todos los años han salido y entrado jugadoras. Generalmente, las niñas nuevas que entran han sido tremendos aportes. Muy buenas jugadoras. Aparte el grupo que entró este año son muy amigas entre ellas, entonces fue muy fácil hacer equipo.
 
El equipo ha mantenido su nivel, incluso lo hemos mejorado todos los años. Ha sido buena su evolución.
 
¿Cuál ha sido el mejor recuerdo que tiene con el equipo?
 
La final del 2019. La jugamos el 19 de octubre del 2019, al día siguiente del estallido social. Yo era una persona que se frustraba mucho jugando. No tenía muchos minutos en la cancha ni nada, pero en ese Nacional mi entrenador me dio demasiada confianza para jugar, entrar de titular y jugar mucho en todos los partidos. Esa final la jugué casi completa y me daba lo mismo si ganábamos o perdíamos. Lo había tomado como mi objetivo personal de ser mucho más constante y no frustrarme jugando. Al final, ganamos. Recuerdo que hice el ultimo gol y se acabó el partido.
 
¿Qué mensaje le daría a aquellas personas que quieren formar parte de la selección de balonmano?
 
Es super bonito el deporte en la universidad, y no solo por tu selección en particular. También conoces a gente de otras selecciones. En el entrenamiento físico de pesas, muchas veces se comparte con otras disciplinas y vas conociendo a muchas personas. De muchos te haces muy amigos y descubres que estudian lo mismo que tí o que son un año más chico y puedes dar consejos de otras cosas. Además, los nacionales se juegan o acá, en Santiago, o fuera de Santiago. Entonces viajas con tu equipo conoces personas súper lindas.
 
Ingrid Adema y el histórico tricampeonato nacional de Balonmano UC: “Fue una locura. Llegar a la final y ganar fue un logro”