Una flecha directa a Tokio

Mariana Zúñiga, arquera y estudiante de psicología, clasificó a los Juegos Paralímpicos de Tokio tras coronarse como campeona rompiendo récords en los Parapanamericanos en Monterrey, México. Adaptando su casa y vida por la pandemia, cuenta qué desafíos tiene en la cita olímpica y el proceso que la llevó a practicar el Tiro al Arco.  
Por Eduardo Mujica (Periodista DAE)
 
Mariana Zúñiga (18) se nota alegre desde el otro lado de la pantalla. Desde su pieza llena de libros en Pudahuel, la novata de psicología ya es toda una proeza en el Tiro al Arco, pues acaba de ser la octava deportista chilena clasificada a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2021. Pero no solo quedan ahí sus proezas. En el “XXIV Panamericano y IV Parapanamericano Específico Monterrey 2021” no solo consiguió el cupo a la capital nipona, sino que además hizo triple récord: uno en la clasificatoria, donde marcó 668 puntos, y los otros en las eliminatorias, en las que puntuó 143 puntos para luego batir esa misma cifra con un definitivo puntaje de 144.
 
“Fue algo bien curioso. Sabía que en ese match yo iba a ganar ese cupo. Sin embargo, luego de ganarlo tenía la chance de ganar el Panamericano. Por eso, seguí concentrada para ganar el título”, cuenta la arquera, quien agrega que una vez terminada jornada aún no asimilaba lo sucedido: “Cuando terminó la competencia seguía en shock. No me lo creía. No me caía la noticia de que había clasificado. Recién un par de días después lo asimilé mejor. Estoy llena de alegría. Es un sueño hecho realidad para mí y el deporte chileno en el Tiro con Arco”.
 
Incluso en pandemia la joven arquera logró arreglárselas para seguir entrenando, adaptando parte de su casa para poder generar un espacio de 18 metros que le permitió seguir lanzando sus flechas al centro de la diana. “El año pasado fue complicado. Nos tuvimos que adaptar, todos. Compito a 50 metros y el hecho de no tenerlos para practicar, después de un par de meses, noté su ausencia. Sin embargo, tengo la oportunidad de practicar acá en mi casa. Debemos adaptarnos y seguir haciendo lo mejor posible con las herramientas que tenemos”, manifiesta la estudiante.
 
El camino recorrido
 
Mariana comenzó su andadura en el arco y la flecha a los 10 años, cuando vio en Mérida, la arquera protagonista de la película Valiente, un ejemplo a seguir. Al principio este deporte era algo recreativo para ella, y le servía cumplir sus deseos de ser el símil de la hija de Fergus y Elinor. No obstante, cual bola de nieve, su amor por este deporte fue incrementando con la edad, y lo que empezó como ensoñación infantil, se convirtió en una forma de vida. 
 
Con cursos en el Estadio Nacional, más un arco básico -luego pasó a ser compuesto- que le regaló su mamá, Mariana quiso dar el salto definitivo, metiéndose a un club a los 15 años. Esto le permitió ser invitada a un torneo en el que estaba el por ese entonces el presidente de la Federación y el head coach de Tiro Al Arco. Días después de ese certamen le llegó la invitación para formar parte del grupo de proyección paralímpica deportiva.
 
Ahí entendió que su vida jamás volvería a estar separada de las flechas, y que blandir su brazo para tomar el arco y tensionarlo al punto exacto iba a marcar sus próximos años. Comenzaron, entonces, las clasificaciones a distintos torneos, en los que dejó su sello: en el torneo Ranking Mundial en 2019, ganó medalla de oro en la categoría de equipos en convencional, y un par de meses después clasificó al Mundial de Tiro al Arco Paralímpico, en el que quedó novena. Finalmente, antes de los Panamericanos, fue campeona del Online Archery Cup of the Americas, torneo que se desarrollo de forma remota con transmisiones vía streaming, y en el que pudo competir gracias a las adaptaciones que hizo en su casa. 
 
Un currículum lleno de galardones que demuestran la dedicación y el amor por el arco y la flecha. Según la propia deportista, esto es más que un deporte: “El hecho de disparar una flecha es una sensación que cuesta definir. Para mí es como la extensión de mi cuerpo. Un momento único en el cual puedo olvidarme de todo aquello que me aqueja y dedicar ese tiempo solo para mí”, expresa la deportista. 
 
El desafío de Tokio
 
Llegar a Tokio fue un sueño que ya se cumplió. Sin imaginarse que podía estar en una cita olímpica unos años antes, la arquera ahora ve en Japón una oportunidad idónea para seguir desafiándose. “Seguir trabajando de la misma manera que lo venimos haciendo y seguir puliendo cosas técnicas y psicológicas, porque este deporte es muy de utilizar esta última parte. Tokio es un evento en el que tengo la oportunidad de desafiarme a mí misma. Dar el 100% de mí cumpliría con esa expectativa”, esboza la deportista.
 
Finalmente, la joven añade que aún no hay claridad con respecto a cómo será el proceso de ida y la concentración previa al certamen olímpico por la pandemia. Lo que tiene claro es que ese camino ya empezó y que está ideando, junto a su grupo de trabajo, la mejor forma de planificar la llegada a Japón.
 
Una flecha directa a Tokio