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Fue en las Olimpíadas de Barcelona 1992, cuando un seleccionado español de vela se enamoró de una velerista chilena. María José Poncell, hija de esta pareja de deportistas, se subió por primera vez a una embarcación a los cinco años y nunca más lo dejó. “No es un deporte que te guste al tiro, sobre todo si eres chilena, porque te mueres de frío en el agua”, cuenta la estudiante de Derecho, que ahora tiene 20 años.

María José es seleccionada nacional, por lo que entrena los fines de semana en Algarrobo y lleva meses preparándose para los Juegos Panamericanos, a realizarse del 10 al 26 de julio en Toronto. Durante el último mes se ha movido por Brasil y Argentina, para compartir con otras flotas y tomar confianza sobre el velero con otros alrededor. Según cuenta, en este deporte las claves son paciencia y perseverancia: “Tienes que tener afinidad con cosas que no dependen de ti, como el viento, la corriente o el tipo de ola”.

En estos Juegos Panamericanos se definirán los primeros cupos para los Juegos Olímpicos de Río 2016, su principal objetivo para representar a Chile. “Es un sueño que tenía muy presente antes de entrar a Derecho”, relata la alumna de segundo año.

A futuro, se proyecta profesionalmente como abogada, pero no le gustaría dejar el deporte. “Creo que se pueden hacer los tiempos para las cosas que a uno le gustan”, asegura.